El azul es el color del océano y del espacio.

El azul oscuro nos hace pensar en la profundidad, en la ausencia de emociones.

Y en este espacio infinito, carente de referencias, habitan los pensamientos, la reflexión, el encuentro con uno mismo.

El horizonte, siempre en lontananza, nos impulsa a descubrir y conocer.

La profundidad del océano y del cosmos, por su parte, nos remite a la profundidad de las cosas y nos recuerda que la búsqueda es fundamentalmente interior.